Cristo de la Expiracion



Imagen de bronce fundido con pátina negra procedente de un taller italiano de finales de siglo XIX y es venerado en el Calvario de Güímar de Arriba ( Barrio de San Juan).

En esta talla, la cabeza descansa sobre el hombro derecho, la pierna derecha sobre la izquierda, apenas se describe movimiento. En su rostro apenas se demuestra dramatismo, por el contrario parece transmitir a quien lo contempla sosiego y serenidad.

El Cristo de la Expiración o Cristo Negro como también se conoce, es trasladado el Jueves Santo desde el Calvario a la ermita de San Juan y desde allí parte en la madrugada del Viernes Santo hacia la parroquia de Santo domingo de Guzmán en solemne procesión del Vía Crucis.

Esta Imagen está cargada de historia que se remonta al presbítero Irineo González, quien la había adquirido para la capilla que albergaría los restos mortales de su madre en el cementerio de Güímar. Sin embargo, sus grandes dimensiones cambiaron su destino y el Cristo permaneció en su casa hasta su muerte. En su testamento, manifestó su deseo de que el Cristo fuese donado a la ermita de San Juan de Güímar, barrio del que procedía su madre. Su ama de llaves incumplió dicha cláusula y entregó en su lugar un crucifijo grande, de pobre factura, mientras que la imagen de bronce fue vendida a una señor de Las Palmas de Gran Canaria, que la instaló en su casa. En 1930, la escultura fue devuelta por su último propietario, tras ocurrir ciertos sucesos extraños en su residencia (como ruidos durante la noche), al lugar que le correspondía, es decir, a la ermita de San Juan y, de allí, a la capilla del Calvario, construida tras recibir este legado ".

La historia de la imagen se remonta al presbítero Irineo González, quien la había adquirido en 1901 para la capilla que albergaría los restos mortales de su madre en el cementerio de Güímar. Sin embargo, sus grandes dimensiones cambiaron su destino y el Cristo permaneció en su casa hasta su muerte. 

En su testamento, manifestó su deseo de que el Cristo fuese donado a la ermita de San Juan de Güímar, barrio del que procedía su madre. 

Su ama de llaves incumplió dicha cláusula y entregó en su lugar un crucifijo grande, de pobre factura, mientras que la imagen de bronce fue vendida a una señor de Las Palmas de Gran Canaria, que la instaló en su casa. En 1930, la escultura fue devuelta por su último propietario Grancanario, tras ocurrir ciertos sucesos extraños en su residencia (como ruidos durante la noche), al lugar que le correspondía, es decir, a la ermita de San Juan y, de allí, a la capilla del Calvario, construida tras recibir este legado y donde permanece desde entonces.

Los vecinos  recuerdan que muchos sacerdotes y fieles de fuera de Güímar acuden de vez en cuando a visitar al Cristo negro, y que incluso un cura que sentía gran fervor por la talla, era el padre Jesús Mendoza, quién fuera prior de la Basílica de Candelaria, fallecido el 17 de octubre de 2013.

Sea como sea, y al margen de connotaciones parapsicológicas o milagreras, el Cristo del Calvario siempre ha estado rodeado de controversia, y las miras de unos y otros por los motivos más diversos, permanecen atentas a esta talla. Polémica por ser centro de la teoría de los templarios, ya que no son pocos los que se aventuran en afirmar que se trata de una obra de inspiración templaria. La única conexión que podemos encontrar con este episodio de la Historia, es la proximidad del año de su fundición, establecida aún en período del Temple, antes de que los Caballeros de la Orden fueran ajusticiados. 


Desde 1965, la devota imagen del Cristo Negro o de la Expiración es trasladada, inicialmente el Miércoles Santo y posteriormente el Jueves Santo, desde El Calvario a la ermita de San Juan Bautista. En la madrugada del Viernes Santo, una hora antes de la salida del sol, esta imagen de Cristo sale en solemne procesión del Vía Crucis desde este barrio hasta la iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán.
Como curiosidad, en el primer año, 1965, la procesión del Vía Crucis con esta imagen llegó excepcionalmente hasta la capilla de El Calvario, en Los Majuelos.

En la Semana Santa de 1967 se estrenó el trono de esta imagen del Cristo de la Expiración ; y en 1981 se adquirió su trono de ruedas, que costó 225.000 pesetas, cantidad aportada por don Juan Leandro Díaz ; éste cuenta con cuelgas de terciopelo, un juego de fanales y un juego de jardineras; además, el Cristo también posee dos solideos



Ficha Tecnica                                                        


Autor: Taller Italiano




Año: XIX


Salida Procesional: Viernes Santo.

Sede: Calvario del Barrio de San Juan.















 Galería de Fotos                                                      







Articulo Cambio de Dia de subida del Cristo 

Al misterio que siempre ha rodeado al Cristo negro de Güímar, que tiene su morada en una pequeña capilla del barrio más antiguo del municipio, San Juan, se suma desde dos años y medio la polémica por no poderlo sacar el Domingo de Resurrección, como se hacía hasta 2013.

A pesar de los 45 años en los que ha salido cada domingo santo en procesión por las calles del municipio, la prohibición llegada en forma de carta remitida por el vicario general, Domingo Navarro Mederos, comunicando que se debe dejar de realizar a partir de ese momento, la citada celebración porque “no procede litúrgicamente, la procesión de un crucificado el Domingo de Resurrección”.


La polémica surgida en estos años se suma al misterio que rodea una imagen singular, que algunos datan en 1301, cuando fue fundido, y que fue adquirida por el presbítero lagunero Ireneo González, procedente de un taller italiano, unica escultura de bronce procesional de Canarias.

Para él, las razones de que el Obispado haya decidido no procesionarlo, se debe a que “no cumple con los cánones de la Iglesia”, principalmente por su aspecto austero. “Si a eso se une su halo templario, el material con el que está hecho y el color que tiene, sin brillo alguno, para la Iglesia es mejor no enseñarlo mucho y que pase al ostracismo como ocurre con otras muchas imágenes”, 

La versión de la Iglesia

El párroco de Güímar, Pedro José Pérez, nos remitió al Obispado para conocer las razones de que el Cristo negro no saliera en procesión el Domingo de Resurreción. Aunque en un primer momento se nos informó que esa información correspondía a Güímar, fue el vicario Domingo Navarro quien nos ofreció finalmente la versión desde el Obispado: “La procesión se hace como viene siendo habitual. Baja a la parroquia de Santo Domingo de Guzmán en Vía Crucis el Viernes Santo y el Cristo participa en la procesión magna de Güímar. La imagen retorna el Sábado Santo, en lugar del Domingo de Resurrección. La razón de este cambio obedece exclusivamente a la adecuación del ritmo pascual”.