Devoción a Medinaceli

El Cristo de Medinaceli llegó a Güímar en 1965, procedente de un taller peninsular, de la mano del que fuera su primer mayordomo Abraham Díaz Lemes.

Es una imagen de vestir que solo tiene tallada la cabeza, las manos y los pies, las partes más expresivas y significativas de esta escultura.

En la cabeza, la imagen tiene una cabellera tallada a pesar de que no se muestre al estar tapada por la de pelo natural que se le pone y la corona de espinas. Existen muy pocas imágenes Cristiferas en Canarias con pelo natural.


Este Cristo de la Sentencia, o Cristo maniatado es una clara réplica del Cristo de Medinaceli madrileño y en consecuencia, se presenta de tamaño natural, de pie, con una túnica de color morado, con un grueso cordón que desciende desde el cuello y con el escapulario trinitario.


En su rostro barbado llama la atención la expresión de aflicción con la boca entreabierta y el ceño encogido y sobre todo, la mirada, al frente, la propia del que se sabe incomprendido y solo. Las manos están atadas, recodando no solo el episodio bíblico sino también la leyenda que rodea a la imagen sobre su cautiverio a manos de los musulmanes; y los pies, trabajados sólo en parte, lucen al ser descubiertos en el momento del besapiés.

El color morado hace referencia a la humildad y sacrificio, de Aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor. 5,15); a la penitencia y mortificación del cuerpo y alma. En cuanto a la cruz trinitaria es un símbolo de agradecimiento a la orden mencionada que liberó, no solo la talla del Medinaceli, sino también a muchos cristianos de la prisión sarracena.






    Actualmente, los mayordomos de la imagen del Cristo de Medinaceli son José Luis Díaz Cruz y su hermana Josefa Díaz Cruz, ellos han velado por su conservación. La última restauración fue realizada por Elisa Campos Domínguez en el año 2003.


Su patrimonio, aunque limitado, es suficiente para atender las necesidades de este paso procesional. Consta de tres túnicas, la que traía al ser adquirida, sencilla y pobre, una de terciopelo con adornos que luce todo el año en el nicho y la que viste para procesionar de terciopelo malva/morado bordada en hilo dorado estrenada en e año 1970. Dos cordones dorados, dos escapularios, dos coronas, dos pelucas, un trono a ruedas, un juego de fanales y un juego de jarras.
  El primer viernes de marzo de cada año tiene lugar su festividad donde se celebra una Eucaristía en su honor y al termino el multitudinario besapiés, al que acuden muchísimos devotos.
En 2015 cumplió 50 años de su llegada a la localidad. Procesiona el Martes y Viernes Santo partiendo desde la parroquia de Santo Domingo de Guzmán donde se venera todo el año.

Muchos son los fieles que dirigente se acercan hasta el antiguo Convento de Santo Domingo para, rendir una oración o plegaria a este Cristo que tanta fé despierta en la Ciudad de Güimar.


En sus comienzos salir acompañado por la Archicofradía del Carmen y La Milagrosa(1965-1967). 

Mas tarde se creó su Cofradía con traje negro y escapulario (1968), es una lastima que esta cofradía desapareciera y no exista actualmente, sería muy apropiado volver a refundarla y  crear una cofradía de penitentes para acompañar a esta imagen de gran devoción Güimarera.